El establecimiento de los primeros habitantes en el territorio que actualmente denominamos Perú se produjo durante el pleistoceno. Comprende dos momentos bastante diferenciados: una fase antigua, durante la cual la subsistencia de los grupos humanos se basa exclusivamente en la caza y la recolección – el hombre vive como depredador en un entorno natural del que depende estrechamente – y una fase más tardía, en la que asistimos progresivamente a los primeros intentos de domesticación de algunas especies animales y vegetales, que desembocarán finalmente en la aparición de una verdadera agricultura. El hombre depredador se ha convertido en productor de sus alimentos, modificando así de forma fundamental sus relaciones con el entorno.
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